Los niños también entienden de arte

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Alejar a los niños del arte por pensar que son muy pequeños para entenderlo es un error. Muchos se habrán preguntado ¿vale la pena llevar a los niños a una galería de arte o a la exposición en un museo? Desde nuestra perspectiva, la respuesta es un rotundo sí. No hay que visitar las exposiciones creyendo que los niños entenderán cabalmente un Dalí, Juan Gris, Picasso entre otros… porque al fin y al cabo el arte no se trata solamente de desmenuzar críticamente una obra, o de entenderla en su totalidad. Ni siquiera todos los adultos que acuden a ver una exposición tienen la preparación académica adecuada para ello.

 

El arte es una experiencia estética que también apuesta a la sensibilidad, al sentimiento, al éxtasis puramente visual y cognitivo. En ese sentido ¿cómo un niño no podría experimentar el arte? ¿por qué tendríamos que negarle esa experiencia? ¡ Los niños también entienden de arte!

La responsabilidad de si un niño va a una exposición a correr o a disfrutar del arte es de los padres. No todos sentirán la espinita curiosa hacia lo visual, pero es importante crearles una cultura llevándolos a ciertas exposiciones y que en las posteriores ellos puedan hacer sus propios juicios en todo caso, pero no negarles la oportunidad de asistir. Lo importante es enseñar al niño, incentivar su interés por el arte y su capacidad de expresión.

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Entonces dicho esto, todo es una cuestión de responsabilidad y sentido común, no de esnobismo ni arrogancia. Alejar a los niños del arte asumiendo que no pueden entenderlo es estúpido, sería condenarlos a crecer insensibles, seguir fomentando la idea de que el arte es únicamente cuestión de élite, de altas esferas estudiadas e inalcanzables.

Nuestro consejo es que en las primeras visitas de los niños al museo o galería sean artistas que atraen especialmente la curiosidad de los niños, en pro de mantener intacta lo poco que les queda de inocencia, en este mundo que gira cada vez más rápido. Afortunadamente, varios artistas contemporáneos conservan la frescura necesaria para captar la atención de nuestros niños.

 

 

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